Maldito niño! [Alexa]

Caminaba por el castillo, la verdad es que dentro de poco me tocaba una clase y sinceramente no tenía muchas ganas de ir. Era mi último año en Hogwarts y no podía desaprovecharlo, pero verdaderamente hoy me iba a tomar un dia entero de descanso. Salí del castillo y me acerqué a la fuente que había en el patio exterior de éste, la verdad es que no solía pasar mucho tiempo por allí, me parecía un sitio bastante aburrido y muy lleno de gente, algo que realmente me agoviaba y mucho. Suspiré y me senté en el borde de ésta, sin saber cómo ni por qué un niño de primero se avalanzó sobre mí e hizo que callera dentro de la fuente, después éste renacuajo salió corriendo. -Maldito niño!.- Murmuré apretando el puño, menos mal que la gente no se fijó mucho en mí

Me quedé durante unos instantes dentro de la fuente maldiciendo a aquel asqueroso niño. Miré a mi alrededor y pensé que nadie me había visto, ya que nadie se reía ni nadie estaba mirando en mi dirección, cosa que agradecí bastante, ya que para mí era una situación bastante bochornosa. Me levanté con cuidado y avancé hasta el borde de la fuente para salir nuevamente de ella. Una vez estuve fuera busqué en los bolsillos de mi túnica la varita para poder secarme al instante, pero no lograba encontrarla, segurament se me habría caído dentro de la fuente o simplemente la había dejado olvidada en mi habitación. -¿Donde estará?.- Murmuré en voz alta asomandome dentro de la fuente para ver si conseguía encontrarla

Estaba completamente concentrado buscando mi varita en aquella inmensa fuente, además, el no encontrarla me ponía de más mal humor aún, no dejaba de pensar que ese niño me las iba a terminar pagando de una forma u otra. De repente escuché una voz detrás mía, me di la vuelta con la intención de gritarle y mandarle muy lejos de allí, pero el ver a una chica ofreciendome su varita me detuvo un poco, ya que me di cuenta de que la única intención de aquella chiquilla era ayudarme, suspiré y tomé su varita sin pensarmelo dos veces, la verdad es que no era un chico que se caracterizara por aceptar ayudas de nadie, pero sinceramente ahora mismo lo necesitaba. Con un movimiento rápido y gracias a la magia conseguí secarme completamente. -Gracias.- Murmuré a la chica. Escuché la pregunta que me hizo y aunque no me apeteciera hablar del tema y menos con alguien que no conocía decidí contarle lo ocurrido. -Un mocoso me empujó al agua sin previo aviso.- Contesté apretando mi puño con fuerza al recordar lo que había pasado

Vi como la chica se guardaba nuevamente la varita y suspiré, debía de encontrar como fuera mi varita, ya que esta vez aquella chica me había sacado del apuro, pero no siempre iba a tener la misma suerte, ladeé la cabeza para dejar de pensar un momento en la varita, aunque fuera un tema bastante delicado y observé a la chica, la cual parecía no estar muy agusto allí de pie, aunque no podía hacer nada por ello, ya que todos los bancos que allí había estaban ocupados. Escuché lo que la chica me dijo y suspiré una vez más. -Bueno, supongo que tendré que dejarlo por esta vez, todos hemos sido pequeños alguna vez.- Le dije mirandola. La verdad es que no sabía si irme sin más o quedarme allí un rato con la chica, ya que sinceramente había sido bastante amable conmigo. -Por cierto, me llamo Daniel.- Decidí presentarme finalmente, aunque la chica parecía bastante ocupada buscando un banco, quizás no hubiera sido buena idea quedarme allí con ella, pero bueno, lo hecho hecho estaba

Sonreí levemente aliviado al escuchar como la chica se presentaba, ya que eso me indicaba que no le había molestado que me quedase un rato hablando con ella, la verdad es que esto no era muy típico en mí, pero bueno, aquella chica me había ayudado y era lo menos que podía hacer, no podía ser borde ni desagradable con ella, además me parecía una chica bastante dulce, al menos por su apariencia. -Encantado.- Murmuré viendo como se sentaba en el borde de la fuente, la verdad es que hace unos segundos yo había caído dentro por estar ahí sentado, pero parecía el único sitio libre, y no me extrañaba, pero aún así decidí sentarme al lado de Alex. -Bueno, ¿y qué haces por aquí tan sola?.- Le pregunté lo primero que se me vino a la cabeza, la verdad es que yo no era experto en empezar conversaciones

Escuché la respuesta de la chica, la verdad es que yo ahora mismo también tenía clase, pero bueno, no era un chico de seguir mucho las reglas así que allí estaba, sentado en un fuente de la cual acababa de salir, con una chica a la cual acababa de conocer, pero que me daba una buena impresión. Me puse de pie para quitarme la túnica al escuchar que se estaba congelando. -Toma, con esto estarás mejor.- LE dije ofreciendole mi túnica, esto tampoco era muy típico en mí, pero ella me había ayudado una vez, así que ahora me tocaba a mí. Escuché la pregunta que me hizo y me encogí levemente de hombros. -Supongo que no tenía muchas ganas de ir a clase y este es el primer lugar que encontré.- Contesté mirando a Alex

Sonreí levemente negando con la cabeza indicandole que no tenía nada que agradecerme, la verdad es que pocas veces solía ser así con alguien, pero bueno, la verdad es que me sentía bien siendo así con Alex, sin conocerla de mucho me estaba empezando a caer bastante bien, supongo que era porque me había ayudado en vez de burlarse de mí o dejarme tirado. Escuché su pregunta y asentí con la cabeza para después soltar una leve risilla al escuchar lo de sus padres, aunque finalmente terminé soltando un suspiro. -Ya me gustaría a mí que mis padres se enterasn de que falto a clase.- Murmuré más para mí mismo que para que me escuchara ella, puesto que me había salido solo y no me gustaba hablar de esas cosas. -Además, solo es un día, estoy cansado de la rutina.- Añadí mirandola, aunque no era solo un día, ya lo había hecho unas cuantas veces

Suspiré nuevamente aliviado al ver que la chica no me había hecho ninguna pregunta sobre el comentario que yo había hecho anteriormente, quizás no lo había escuchado o quizás no fuera de las típicas personas que se metían en tu vida sin conocerte de nada, la verdad es que a medida que iba conociendo a la chica cada vez me gustaba más y más su forma de ser. Escuché lo que me dijo y le miré con una ceja alzada, la verdad es que de que quisiera ser auror no me hacía mucha gracia, pero bueno, no la iba a juzgar por ello. -Sí, sé que tienes razón, pero bueno, supongo que yo no tengo esa motivación, yo no tengo miedo de defraudar a mi familia.- Contesté mirandole, la verdad es que yo no tenía miedo a defraudar a mi familia, porque sencillamnte no tenía familia

Escuché lo que Alex me dijo y sonreí de lado encogiendome levemente de hombros. La verdad es que la chica se había dado cuenta de lo que pasaba sin ni si quiera haberme preguntado nada, era bastante lista, cada vez ganaba más puntos conmigo y eso me hacía sentirme bien y agusto con ella. La verdad es que esos temas, bueno, el tema de mi vida o hablar sobre mí no me gustaba en absoluto y al parecer Alex no me iba a obligar a hacerlo así que una vez más sonreí al escuchar su pregunta. -Estoy en 7º, ¿y tu?.- Le devolví la pregunta, aunque suponía que era un poco más pequeña que yo, aunque no sé, quizás las apariencias engañaban. Mientras speraba la respuesta de la chica me puse a mirar a mi alrededor y de repente vi al pequeño que antes me había empujado, hice el amago de levantarme, pero enseguida recorde que le había dicho a Alex que le iba a dejar en paz, así que me volví a sentar acomodandome mejor

Escuché la respuesta de Alexa y sonreí ampliamente, la verdad es que ya me había olido que era más pequeña que yo, aunque sinceramente parecía mucho más madura, ya que era una chica con la cual se podía hablar de cualquier cosa y también me había dado cuenta de que se podía confiar en ella. Me quedé mirandola, ya que parecía estar preocupada por algo. -¿Te pasa algo?.- Le pregunté preocupado, la verdad es que a medida que pasaba más tiempo con ella más me gustaba estar a su lado, ahora que sabía su edad me sentiría con ganas de protegerla, ya que me recordaría demasiado a mi hermana, puesto que eran de la misma edad y ambas parecían más o menos con la misma personalidad

Escuché lo que me contestó Alexa y la miré con una ceja alzada, la verdad es que no se por qué, pero no me lo terminaba de creer. -Bueno, supongo que acabas de conocerme y sonorá raro, pero bueno, si necesitas algo aquí estoy.- Le dije mirandole, la verdad es que me resultaba raro decirlo esto a alguien que acababa de conocer, pero bueno, como tantas veces he dicho antes, me caía realmente bien y más ahora que me recordaba a mi hrmana pequeña, a partir de ahora eso eera lo que ella iba a ser para mí, mi hermanita pequeña a la cual debía de proteger. Vi como Alexa se quedaba mirando a una chica y como esta chica le miraba a ella. -¿La conoces?.- Pregunté mirando a ambas alternativamente

Sonreí ampliamente al escuchar que yo también podría contar con ella, la verdad es que mucha gente pensaría que contarle tus cosas a una persona más pequeña que tú era perder el tiempo, pero realmente estaban bastante equivocados, ya que a veces alguien más pequeño que tú era más maduro o simplemente te hacía ver las cosas de otra forma, así que supongo que hablar con Alex las cosas me vendría bastante bien. Posteriormente escuché la contestación de la chica y le miré con una ceja alzada, la verdad es que parecía no preocuparle aquello. -Sinceramente, no deberías permitir eso.- Le dije haciendo que me mirara, ya que se había quedado embobada mirando sus pies. -Hazme caso, se lo que me digo, tarde o temprano terminará jugandote alguna.- Añadí con seriedad

Escuché todo lo que Alexa me estaba contando, parecía que se estaba desahogando un poco conmigo, que hacía mucho tiempo que quería contarle esto a alguien, pero que no había tenido a quien hacerlo, sonreí por dentro al descubrir que con esto que me estaba contando confiaba un poco en mí. La verdad es que yo cuando era un niño también era como ella, pero desde la muerte de mis padres había cambiado radicalmente, quizás eso necesitara ella, que le pasara algo para cambiar, pero sinceramente preferiría que siguiera así toda la vida antes de que la pasara algo. -No tienes por qué ser desagradable, simplemente dejarle las cosas claras de la mejor forma posible.- Le dije mirandole, bueno más bien le estaba dando un consejo. -Pero bueno, no te voy a obligar a nada, parece que te va bien hasta ahora.- Añadí